Greek Crisis

samedi 25 mars 2017

Fiesta nacional



Quizás sea una coincidencia. En mi última entrada del blog escribía sobre la “inexplicable” e insoportable historia de Theodosis, la foca de las Cícladas muerta por una bala disparada con un arma de fuego que calificaremos de “humana”. Recientemente mi amigo Lakis Proguidis, de paso por Atenas con ocasión de la publicación de su tercer ensayo dedicado a la obra de Alexandros Papadiamantis (1851-1911, escritor preeminente de la literatura neo-helénica), me ha hecho pensar en esa otra foca, la del anciano escritor. Lakis, que es una persona que sabe, me dice, sonriendo, “no hay que olvidarse de ella, la foca, sobre todo en los tiempos que corren; no hay que olvidarse del “Canto fúnebre de la foca”, obra que Papadiamantis publicó tres años antes de fallecer. “¿La seguiremos escuchando?”

Cuentos de nuestro país. Espectáculo, Atenas, marzo 2017

Esta novela corta fue inicialmente publicada el 13 de marzo de 1908 en el periódico “Patris” (‘La Patria’) y está considerado por los especialistas de la obra del gran escritor de la isla de Skiathos, como su relato más conmovedor y más elaborado. Escribe “Es como si la pena y el sufrimiento de los seres humanos no encontrasen fin”, dice la foca ante la brutal muerte muerte d’Akrivoula, su hija (por cierto, su nombre significa, en griego, “La más querida”).

Queja, lamento, y según Lakis Prodiguis, algo como un luto que la naturaleza expresa ante el carácter mortal del ser humano. No del ser humano en general sino del ser humano pobre. Porque la naturaleza reconoce que sólo el hombre pobre está cerca de ella; ese ser humano, el pobre, se integra harmoniosamente en el universo (el cosmos). El ser humano pobre ama la naturaleza y ésta no puede ser disociada de su propia vida. Al contrario, el ser humano avaro, el que está cerca de la tecnología y del dinero, el que cree ser dueño del universo y de los recursos que le ofrece la naturaleza, no es reconocido, ni aceptado por ésta foca.

El ser humano de Papadiamantis, en su plenitud, se mantiene como una persona irreductible, lo cual, un siglo más tarde, ya no es así. “Y no estamos hablando de cualquier siglo” - observa Lakis Proguidis en su ensayo (publicado en griego en las ediciones “Hestia”, Atenas, 2017) - “se trata del siglo XX, el siglo de la obsolescencia del ser humano. Sí, de su obsolescencia, según el pensamiento filosófico de Günter Anders, y no, como decía Marx, a mediados del siglo XIX, de la alienación del ser humano, ni tampoco, de la ‘privatización’, es decir, de su auto-comercialización, de la que hablaba Cornelius Castoriadis, en la segunda mitad del siglo XX.”

“Obsolescencia del ser humano, inútil antes de tiempo, transformado en basura en la mitad del vertedero antropológico de los tiempos presentes, obsoleto antes de que madure, incluso antes de que nazca como persona irreductible e ireemplazable, antes de tomar conciencia de su propia existencia bajo forma de milagro y al mismo tiempo creación en el seno de un universo extraordinario.”

“El tiempo es dinero. El país se está licuando...”. “To Pontiki”, 23 marzo 2017

“Jeroen Dijsselbloem insiste”. “Cotidiano de los Redactores”, 23 marzo 2017

“No a Schäuble”. Atenas, marzo 2017

Sólo que “la experimentación griega” sigue ofreciendo ese puesto de observación avanzado en Europa (diría más bien... puesto descompuesto) de la obsolescencia tan “prometedora”. El tiempo es dinero. El país entero se está licuando, su sistema político, la economía. “Se busca con urgencia un nuevo acuerdo entre Grecia y la Troika y todo hace pensar que tendrá lugar en la próxima reunión del FMI”, escribe el semanal político y satírico “To Pontiki” (23 marzo 2017).

Esta semana toda la prensa griega (incluso la francófona) habla de la última de las provocaciones culturalistas de Jeroen Dijsselbloem. “Jeroen Dijsselbloem afirma que los países del sur de Europa ‘se gastan todo el dinero en mujeres y en alcohol’ y luego piden ayuda a sus vecinos necesitados del norte de Europa. Declaración que ha suscitado una viva indignación en los países aludidos”, escribe el semanal francés “Courrier International”, y en Grecia, ese discurso (discurso, por cierto, claramente compartido por Schäuble ya que acaba de reiterar su apoyo a su lacayo Jeroen) ha provocado la ira, una vez más, en el país donde el europeísmo ya no se lo traga nadie .

Además de los insultos proferidos aquí y allá en los medios de comunicación, insultos que no vamos a citar aquí, en la programación de la mañana de radio 90,1 FM, el periodista Yorgos Trangas ha apelado durante toda la semana, a boicotear masivamente las cervezas, quesos y, en general, todos los productos holandeses: “Boicotear Amstel, Heineken, el queso Gouda, KLM, hacerles sufrir, consigamos que sus empresas se vayan de nuestro país” (citado de memoria). Esto en cuanto al ambiente reinante, muy lejos de las conmemoraciones del Tratado de Roma.

Visión del europeísmo. “Cotidiano de los Redactores”, marzo 2017

Sobre el europeísmo. “Cotidiano de los Redactores”, marzo 2017

La aterradora realidad de las facturas de la electricidad en Grecia (prensa griega), marzo 2017

El europeísmo ya está muerto en las conciencias, en lo más profundo de los corazones y en las gargantas de los pueblos que sufren, “pequeños o grandes”, todo el mundo lo da por hecho. En este 25 de marzo de 2017 (Fiesta Nacional de Grecia), el sitio web del PARDEM (Partido Francés por la Desmundialización) recuerda que en esta fecha se celebran dos aniversarios por razones diametralmente opuestas.

El primero, el de la victoria de la guerra de Independencia en Grecia contra el Imperio Otomano, llamada asimismo, la Revolución Griega (1821-1829). Esta conmemoración refuerza la voluntad de los griegos por liberarse de los nuevos invasores: la Troika (Unión Europea, Banco Central Europeo, Fondo Monetario Internacional).

El segundo es el del 60 aniversario de la firma del Tratado de Roma que comenzó con la “construcción” europea. Este día debería de ser una jornada de luto europeo, por el número de estragos que este sistema ha ocasionado y que son de una evidencia palmaria, siendo el “caso griego” una trágica prueba.

Con esta ocasión, Jacques Nikonoff, Presidente del Partido por la Desmundialización, ha visitado la Embajada Griega en París para entregar al embajador una carta de apoyo al pueblo griego ante las pruebas a la que éste está sometido y la condena sin paliativos al gobierno Tsipras totalmente vasallo de la tiranía de la Unión Europea. Yo añadiría que: ¡la tiranía de la Unión Europea menos la electricidad!.

Porque el último escándalo en casa de los “metafraseados” que somos los griegos en la zona euro, es, por un lado, la factura de la electricidad que se ha duplicado en unos pocos años y, por otro que la Compañía de la Electricidad (DEI) se encuentra casi en quiebra. La prensa económica (así como la prensa sin más) cita facturas como las de la imagen que adjunto, en la que el consumo son 351 €, todo el resto son “añadidos” hasta llegar a la cifra de 729 €.

Cierre, provisional. Atenas, marzo 2017

El mundo es un asilo para locos... Atenas, marzo 2017

Mercado del pescado. Atenas, marzo 2017

Lo que está ocurriendo en estos años llamados “de crisis”, que es en realidad una guerra económica, geopolítica y cultural contra el pueblo griego (no es el único que se encuentra en esta situación), es la imposibilidad que tienen los hogares en pagar sus facturas de electricidad. Es decir que frente a esta aporía energética, los griegos disponen de tres posibles soluciones: abonar algunas facturas (las más elevadas) a plazos acordados con la Compañía, beneficiarse de una tarifa más baja por encontrarse en una situación de pobreza manifiesta y acreditada o... conectarse a la red clandestinamente.

Sólo en 2016, los técnicos de la Compañía Eléctrica descubrieron 10.000 casos de conexiones ilegales en la red de la DEI (en los años 2010 eran menos de 500 por año) y según sus datos, las cifras de conexiones ilegales, no descubiertas, rondarían las 100.000, es decir diez veces más. Los electricistas de los barrios piden entre 50 € y 200 €, en función de las “dificultades técnicas”, a aquellos hogares que estuvieran interesados en el trabajillo de la conexión ilegal. El pago, al contado. La compañía DEI factura, por lo tanto, las pérdidas generadas por las conexiones ilegales y, también, las pérdidas que suponen para ella la tarificación reducida de la que se benefician los hogares más humildes. Este coste final, en ausencia de una política social digna de ese nombre por parte del Estado, es a cargo de los que aún consiguen llegar a pagar una factura “normal”.

Consecuencia: según los balances de la compañía DEI, ya en el 2015, la empresa presentaba un volumen de ventas de 5,7 miles de millones de euros y, unas pérdidas, de 102,5 millones de euros. Su pasivo sobrepasaba los 11 mil millones de euros, de los cuales, 3,3 mil millones podrían ser recuperados a medio plazo. Y como los costes de explotación en el 2015 eran de 4,9 miles de millones, es un milagro que la compañía no esté ya en quiebra. Sobra decir que el aumento (hinchamiento) de la factura de la electricidad (casi el doble desde 2010), hace que muchos consumidores solventes se decanten por las otras dos soluciones. ¡El final del Tiempo de las Luces está ya cerca!

Nuestro conciudadano con discapacidad visual. Atenas, marzo 2017

¡Nuestra sardina! Mercado de Atenas, marzo 2017

Refugio para animales adéspotas. Monte Himeto, marzo 2017

Obsolescencia del hombre, sólo que las conciencias resisten ante el programa de “borrado de la dignidad”. El país entero es una caldera social que hierve. La cosa ya es vox-populi.

Ayudando a un conciudadano a cruzar una calle, tuvimos una corta conversación muy significativa. Me decía: sólo recibo 170 euros de ayuda al mes. Antes de ser ciego, hace mucho tiempo, trabajaba, incluso componía poemas. Hablo francés e inglés y en un tiempo fui marino. Estos desalmados, los políticos, no son sino vasallos de los de la Troika, de los Alemanes y de los de la Unión Europea. Les cortaría el cuello a todos.

¡Menudo ambiente!

El mismo día en el mercado central de la capital, el pescadero me decía: “Ya no vendo. Incluso al final del día cuando bajo el precio de la sardina a 1 euro el kilo, la gente no compra. Acabaré por cerrar el negocio y dejar los bienes que me quedan a mis dos hijos. Grecia, la han quemado los cabrones, los de dentro y los de fuera. Tenemos que largarnos del euro, volver al dracma y colgar en la Plaza de la Constitución a Tsipras y al resto de los políticos”. Entre el pescado que vende este pescadero, ha colocado un cartel que dice: “¡El mundo es un asilo para locos y ésta es su sede central! Es muy posible que tenga razón.

Atenas, la vida al cotidiano. Marzo 2017

Hay enjambres en el monte Himeto. Marzo 2017

Fiesta Nacional (así como religiosa, en Grecia) en este 25 de marzo. Nos encontraremos con nuestros amigos para festejar nuestra Resistencia, la de antes como la de ahora, y, además, para reflexionar juntos. Haremos camino, no nos informaremos en los “medios de comunicación” y nos abstendremos de participar en las fiestas oficiales. Al fin y al cabo, todavía hay enjambres, abejas, y miel en el monte Himeto y seguiremos cuidando de nuestros animales adéspotas.

“Es como si la pena y la tristeza de los seres humanos nunca encontrara su fin”, es lo que nos dice la foca de Akrivoula brutalmente asesinada, así como la de Alexandros Papadiamantis.

Sin embargo, mi amigo Lakis Prodiguis mantiene la esperanza: “No, al final de la historia, no lo conseguirán”.

Traducido por: JM Alegria

Animal adéspota. Atenas, marzo 2017




* Foto de portada: Fiesta Nacional. Atenas, marzo 2017