Greek Crisis

mercredi 8 février 2017

Macronimias Orwellianas



Cada vez que la historia se repite, el precio aumenta. La repetición griega dura ya desde hace siete años y en el resto de los países, o casi, un proceso análogo está en curso. Las políticas que se aplican son manifiestamente un tren que desboca en una trayectoria desastrosa que nadie sabe cómo desviar. Lluvia sobre Atenas, y junto con la lluvia una actualidad que dice mucho: antes de que se apruebe un tratamiento, la Seguridad Social griega exige que los cancerólogos den por escrito la estimación de vida que les queda, en su opinión, a los pacientes. El Colegio de Médicos se subleva y... obviamente, el precio aumenta.

A orillas del mar. Atenas, febrero 2017

Lluvia interrumpida por largos claros de cielos sin nubes, la esperanza vuelve, la de la Primavera. Las cafeterías al borde del mar, al sur de la ciudad de Atenas, se llenan de gente. La normalidad. Y, sin embargo, cada vez más, en las terrazas así como en los bancos de las calles, la gente, barrigudos o no, mira más de reojo y con una sola palabra en la boca: el dracma.

Es verdad que la “euro-creencia” está erosionada como nunca lo fue en el pasado. Las encuestas indican que para la mayoría, la susodicha moneda única ya no conviene y menos aún, podrá conservarse. Los coloquios y las reuniones públicas sobre la vuelta al dracma son cada vez más frecuentes, hasta el punto que inquietan a los “grandes” editorialistas eurófilos:

“Visitando la exposición, me he encontrado con algunos de mis alumnos, y hablando con ellos, me he dado cuenta de que a sus ojos, los años 80, la Grecia del dracma, adquiere una dimensión mítica. Tienen la impresión que la Grecia de los años 80 era un periodo digamos, similar a lo que vivió Atenas en los tiempos de Pericles (...) Nuestros jóvenes no deben dejarse arrastrar por esas formulaciones, ni por esas mitologías simplistas. Todos estos dracmafófilos y fieles deberían explicar con claridad a la gente lo que significa el dracma. La Unión Europea y el euro, puede que tengan muchos problemas pero ello, para Grecia, supone un cambio de paradigma. El dracma es una moneda, el euro es un Estado” (Hufftington Post, edición griega, 2 de febrero de 2017). Con esta corta frase, todo o casi todo, está dicho y, entonces, cada vez que la historia se repite, el precio aumenta (en euros).

Euro... fundido. Atenas 2016

Cafeterías y bancos públicos junto al mar. Atenas, febrero 2017

La larga estación de las naranjas a un precio asequible. Atenas, febrero, 2017

En esta larga estación de las naranjas a un precio asequible (de 0,20€ a 1€ el kilo), el euro entra, por lo visto, en su última hora histórica. Dentro de una semana (15/02), Kóstas Lavapítsas, economista y ex-diputado de SYRIZA (que abandonó la formación de los falsarios políticos en agosto 2015), presentará el programa sobre la transición a la moneda nacional.

“Este cambio que puede salvar al país, no lo llevarán a cabo los partidos políticos. Sólo el pueblo podrá realizarlo, en un movimiento de ola de fondo, desde las entrañas de la sociedad griega”, palabras de Kóstas Lavapítsas en una reciente entrevista (“Quotidien des Rédacteurs” 04/02/2017).

El experimento griego dura ya desde hace siete años. Contamos nuestros muertos (entre los cuales dos de mis primos), contamos asimismo todos los griegos que se han ido del país (5% de la población). Las cosas son así. Sin embargo, nos damos cuenta que las fuerzas ocupantes, las banqueras y las de la inteligencia germana, están preparando la siguiente fase, la de el paso a la moneda nacional (o, quizás una doble circulación de monedas) bajo el reino de una Eurolandia centrada de nuevo. La idea vuelve a germinar ayudada por la humedad histórica actual.

Centre médical solidaire. Athènes, Ellinikón, 2016

Centro médico solidario. Atenas, Ellinikón, 2016

El anticipo francés... del memorándum

En cualquier caso, hay un asunto que quizás tenga que ver con lo que acabo de escribir, asunto que en Grecia se comenta mucho. Se trata del escándalo de la escala, relativamente breve, que el avión del Primer ministro Alexis Tsipras ha efectuado en París (fines de enero 2017). El asunto, al principio, se mantuvo en secreto, pero la diputada de Nueva Democracia, Adonis Georgiádis (del partido LAOS de extrema derecha) planteó públicamente la pregunta y el “gobierno” ha terminado por dar una explicación: “Grecia recurre a la banca Rothschild para poder volver a los mercados. En el transcurso de una escala en París, el último fin de semana de enero, el primer ministro Alexis Tsipras se ha entrevistado con representantes del banco, indican sus servicios de prensa”.

Los griegos nos hemos enterado, al mismo tiempo, que en esta escala parisina, Alexis Tsipras también se ha reunido con los de la marca comercial L’Oréal. La prensa “mainstream” habla de “una importante inversión en Grecia por parte de L’Oréal”. En el comunicado publicado el sábado por la noche por el gobierno griego, se afirma que es una botella de oxígeno, en una Grecia carcomida por siete años de crisis económica y un índice de paro que ronda el 24% de la población activa. “Esta perspectiva de creación de empleo es una buena noticia”.

Acabamos por entenderlo todo. Alexis Tsipras, el de la cripto-izquierda, actuando por el bien de su país, se ha desplazado en secreto a París para reunirse con los de la banca Rothschild (auténtica portadora política de Emmanuel Macron) y con el viejo perfume político de la marca comercial L’Oréal (todos conocen, o cuando menos, esos franceses que no tienen la nariz taponada ni la memoria corta, el asunto de “La Cagoule”, el de Eugène Deloncle y de su amigo Eugène Schueller, fundador de la empresa L’Oréal) .

Alexis Tsipras en la casa L’Oréal y en casa de los Rothschild. Prensa griega, el 7 de febrero de 2017

Ambulancia vetusta en la isla de Kasos. Prensa griega del 7 de febrero de 2017

Calefacción en un hospital en Grecia. Prensa griega del 2 de febrero de 2017

Pero consolémonos, la prensa nos anuncia que la ambulancia vetusta de la isla de Kasos va a ser reemplazada. Una pequeña victoria en este diluvio de lo que constituye el experimento. Los griegos están extenuados, se han manifestado tantas veces en las calles desde 2010 y, los comerciantes se preparan, de nuevo, una vez más, para la nueva estación turística. Sólo que el caos (¿final?) está a tiro de piedra. Por todas partes se escuchan los crujidos estridentes de la historia inmediata.

Lo que parece extraordinario (sin serlo) es la urgencia manifiesta del “gobierno” SYRIZA/ANEL por adoptar en Grecia una serie de medidas violentas dignas del orden totalitario-feudal, más allá de lo que ocurrió con los memorándum. Entre ellas, la de hacer desaparecer el dinero en metálico. Cada vez que la Historia se repite y se acelera... el precio aumenta.

Tal y como dije en la entrevista que tuvo lugar en el sitio web Insolentiae Grecia ha salido, voluntariamente, del marco económico, supuestamente normal de las economías occidentales, porque, en Grecia, se está experimentando otra cosa. En primer lugar la guerra contra el dinero en metálico, para así controlar la sociedad y, en segundo lugar, porque en Grecia ya no hay tanto dinero que circule dentro del sistema monetario clásico.

Muro expresivo. Atenas, 2016

Los comerciantes se preparan para la nueva estación. Atenas, febrero 2017

Jubilados y manifestantes. Atenas, 2013

Estas... Macronimias de un futuro orwelliano no están ya tan lejos, a menos que reaccionemos. En el sitio web del Foro Económico Mundial, Ida Auken, política de Dinamarca y prima (política), clonada de Emmanuel Macron (así como de “nuestro” Tsipras “Newborn”), firma un artículo que no da lugar a dudas en cuanto a las intenciones reales de la casta dominante:

“Bienvenido al año 2030. Bienvenido a mi ciudad - o debería decir, ‘nuestra ciudad’. No poseo nada. No tengo coche. No tengo casa. No poseo aparatos o ropa. Todo esto a usted le puede parecer raro y sin embargo, para nosotros, en esta ciudad, es perfectamente lógico. Todo lo que usted considera un producto se ha vuelto un servicio. Tenemos acceso a los transportes, al alojamiento, a la comida y a todo lo que necesitamos en lo cotidiano (...)”

“La comunicación digital es gratuita para todo el mundo. Y, desde que la energía limpia está accesible para todos, las cosas han cambiado muy rápidamente. El precio de los transportes ha caído de forma espectacular. Ya no tiene sentido tener un coche porque en cualquier momento podemos llamar, y nos envían un vehículo sin conductor o un automóvil volante para los largos trayectos (...) En nuestra ciudad, no pagamos alquiler porque otra persona utiliza nuestro espacio cada vez que no lo necesitamos. Mi salón es utilizado para reuniones de negocios en los momentos en los que estoy ausente”.

“A veces, tengo ganas de cocinar yo misma. Es fácil - el material de cocina que necesito me es entregado a la puerta de mi casa en unos pocos minutos. (...) Cuando los productos son transformados en servicios, a nadie le interesa que las cosas tengan una duración de vida corta. Todo está concebido para que dure, para que pueda repararse y sea reciclable. (...) Y esto implica la muerte del “shopping”.

No a los colaboracionistas de los bancos. Atenas, 2016. Athènes, 2016

El tiempo de un café. Atenas, enero 2017

Tiempo de lluvia. Atenas, febrero 2017

¿“Shopping”? No recuerdo bien qué es lo que significa esa palabra (...) porque desde que los robots realizan buena parte de nuestro trabajo, ahora tenemos tiempo para comer bien, dormir bien y pasar el tiempo con otras personas. El concepto de las horas punta ya no tiene sentido porque el trabajo que nos queda por hacer lo podemos realizar en cualquier momento. (...) Es verdad que de tanto en tanto me molesta no tener realmente privacidad. No puedo hacer nada sin que sea grabado. Sé que de alguna manera, todo lo que hago, lo que pienso y lo que sueño está grabado en su totalidad. Sólo espero que nadie vaya a utilizar esas grabaciones (esos datos) contra mi”. (Ida Auken, “Welcome to 2030. I own nothing, have no privacy, and life has never been better”, World Economic Forum’s Annual Meeting 2017).

En realidad, Ida Auken pertenece a esa casta de Agentes Comerciales del proyecto orwelliano que se está gestando. Una vez alcanzado el objetivo, todos estos políticos habrán cumplido su misión de mercenarios y, llegado el momento, desaparecerán, así de sencillo. Es así como personas como Emmanuel Macron, Alexis Tsipras o Kyriákos Mitsokatis (derecha griega) “actúan”. Encarnan los últimos saqueadores de las tumbas de las democracias occidentales, incluyendo los “parlamentos”.

En este (nuevo) orden de cosas, nos encontramos con la susodicha “renta básica universal” (evidentemente pagada en moneda virtual y totalmente controlada por la hiperclase). La desaparición del dinero físico, la desposesión impuesta (en Grecia está ocurriendo ya) a la clase media de sus bienes inmobiliarios, bienes muebles, dinero físico, monedas de oro, joyas, obras de arte, un poco como cuando... los Alemanes exigían listas de posesiones a los judíos en los años 1940. El resto es conocido de sobra.

Ante el “Parlamento” griego. Atenas, 2016

Según las disposiciones que se gestan en la futura ley del siguiente memorándum griego, la posesión de cualquier bien conllevará la aplicación de un impuesto especial. Sin embargo, en la casi totalidad de los casos, estos bienes que fueron adquiridos o heredados, ya fueron gravados con el IVA y, a veces, con otros tipos de impuestos. En el mismo orden de ideas, y cada vez de manera más oficial, en Grecia, la concesión de la escasa ayuda social para los más desfavorecidos (y, dentro de poco, las pensiones de jubilación) serán materia de medidas impositivas con criterios análogos. Para no morirse de hambre, es necesario no poseer nada, ni bienes inmuebles, ni bienes muebles.

Ida Auken no habla para nada del proceso de la toma de decisiones que va a regir “su” utopía pseudo-ecológica. El ridículo no mata. Ida Auken se muestra, sencillamente, preocupada... porque no podrá hacer nada sin ser grabada. Sus actos, lo que sueña, todo quedará transcrito, anotado y... sólo espera que nadie utilice esa grabaciones (datos) en su contra. ¡Vaya broma! Por cierto ¿datos que utiliza quién? ¿habrá algún control democrático? La respuesta que aporta su texto (aunque vaya implícita) es meridianamente que no. Distopía orwelliana, en las antípodas de lo que algunas mentes luminosas intentan imaginar (de manera incompleta por el momento) sobre la democracia, una vez que se haya derrumbado estrepitosamente (derrumbamiento en curso) el sistema actual. Entre ellos,mi amigo Jean-François Aupetigendre en su ensayo “El monedero. ¿Una sociedad sin dinero?”.


Recolección de aceitunas. Theóphilos Hadjimichaíl, años 1930

Cada vez que la Historia se repite, el precio aumenta. Nuestros políticos están manifiestamente encaminados en una trayectoria desastrosa que nadie parece poder desviar. Mi amigo Stélios ya no puede más: “He participado en todas las luchas desde 2010. Puse mis esperanzas en la movilización política y en el voto a SYRIZA. Ahora ya lo he entendido. Nuestro mundo, el de antes de 2010 no existe y no existirá nunca más. Tengo que seguir viviendo, mantenerme en vida... encontrar un sentido, sino será la enfermedad o el suicidio. Desde hace seis meses vuelvo a la iglesia de mi infancia y rezo. La oración me da fuerzas, tiene un sentido. La Iglesia, su lado sobrenatural, ha seguido existiendo, a pesar de las oscilaciones actuales. Es algo sólido. Me siento reconfortado y más fuerte. Además, es bastante mejor que leer análisis, filosofías, incluso de los mejores. Porque no dan respuestas a nuestras preguntas, ni a nuestros problemas, mientras que la oración sí...”

O como lo escribía, a su manera, el arqueólogo y antropólogo Joseph Tainter, “el colapso, si tiene lugar de nuevo, tendrá lugar a nivel mundial. (...) La civilización se desintegrará de una sola pieza”. (“The Collapse of Complex Societies”). ¿Y después?

Proceso que ya está en curso... al estilo de la Seguridad Social griega y los cancerólogos a los se les pide informes de esperanza de vida de sus pacientes.

Al mismo tiempo, en Grecia (y no es una casualidad), los “gobernantes” europeístas fuerzan a que el antiguo olivo griego sea reemplazado por olivos híbridos importados. Sólo los productores del nuevo olivo serán subvencionados. Nos vamos preparando a la “Guerrilla de la aceituna” en contra de estos híbridos, en realidad, hibris (Giórgos Lekkadis, “La guerrilla de la aceituna”, enero 2017).

¿Macronimias de un futuro claramente orwelliano? La elección no se nos debe escapar de las manos... El futuro, siempre enigmático, como si estuviera en una bandeja... posado.

Traducido por: JM Alegria

En una bandeja. Gato de Greek Crisis, febrero 2017




* Foto de portada: Manifestantes ante el Ministerio de Sanidad. Atenas, 2013