Rarezas del calendario y modalidades humanas, ya estamos en 2017. Nuestros deseos de buen año nuevo para todos vosotros son cálidos porque nuestras fuerzas no van a volver a flaquear (esperemos), sea invierno o verano. Lo que sí es cierto es que no hemos nacido de la última ventisca, es decir que continuaremos..., además, la nieve, la que veíamos desde la ventana caer sobre nosotros, va camino de fundirse y eso es una buena señal. Se mantiene en las montañas que rodean a la ciudad de Atena, pero tengamos un poco de paciencia.
Atenas-Norte bajo la nieve desde el monte Himeto |
Nuestros vecinos han vuelto a sonreír, un poco como se hacía antes... con las ganas de reír. Sólo que reír, es en primer lugar una necesidad vital, sobre todo en los tiempos que corren. Nuestra nochevieja se resume a esta Gran Velada de la risa. Los vecinos, gracias a la ayuda de sus padres han vuelto del mercado con el pavo bajo el brazo. Al igual que nosotros, y hay que decirlo y repetirlo, gracias a los fieles lectores y amigos de este blog... que últimamente no ríe mucho con sus análisis.
Como buenos vecinos que somos, hablamos de los pavos y de las patatas que hemos comprado con satisfacción, hablamos del sabor del queso feta bien terso, así como de la ineludible col blanca. Porque, en este día, nos olvidamos de los políticos politiqueros, de los Troikanos y del resto de los criminales patológicos. Esta velada, tiene que ser sólo... la nuestra. Signo distintivo “de los de abajo” que se resisten a la hibris y a la deshonra. Y cuando las radios retransmiten los “buenos deseos” de costumbre de los politiqueros, todo ello inmerso en un espléndido ridículo de fin de año, en realidad de fin de época, apagamos la radio para no mancharnos, en estos escasos momentos que son los nuestros.
Es decir que esta noche, no vamos a hacer el balance del año 2016, ni hablaremos del futuro inmediato, el 2017 “ante portas”. El año 2016 acaba en la fantochada la más auténtica posible. En los cafés atenienses se habla de la gran noria de la Plaza de la Constitución, la que nunca giró y cuyo desmontaje está en curso. ¡Todo un símbolo!
Desmontaje de la Gran Noria. Plaza de la Constitución. Atenas, 31 de diciembre |
La nieve que observamos caer desde la ventana. Atenas, diciembre 2016 |
Atenas-Norte bajo la nieve; vista desde el monte Himeto. Atenas, 30 de diciembre |
Corte en el calendario, cuestión de marcar una pausa. Relectura parcial de las notas y de las cartas publicadas por Georges Seféris, nuestro gran poeta, diplomático, a su pesar, todo hay que decirlo, y sobre todo Premio Nobel de literatura en 1963:
“Estimado amigo. - Es difícil expresarle ahora hasta qué punto me han conmovido sus muestras de simpatía. Me encuentro en una aldea cerca de Nápoles, rodeado de colinas verdes. El hotel requisado desde el que le escribo lleva aún las marcas de las últimas batallas. Balas que han atravesado las persianas y han ido a parar sobre el cabezal de la cama dejando así su rúbrica como si fueran turistas ociosos. A pesar de esto, y a pesar del paisaje a menudo conmovedor, me siento terriblemente seco. Esto quizás explique por qué no le he enviado las traducciones que le prometí. ¿Cuándo nos desmovilizarán? Mis respetos a la señora El Kayem. Todo suyo. G.S. - Cava dei Tirreni, 23.9.44”. Carta de Georges Seféris escrita en francés, “Diario político, 1935-1944”, publicado en 1979
Toda la cuestión radica ahí: ¿Cuándo seremos desmovilizados? En este 31 de diciembre, nuestro café del barrio ha cerrado las puertas hacia las 16h, muy pronto. “Tenemos que preparar la nochevieja... Volveremos a abrir el 3 de enero. Feliz nochevieja y sobre todo... Feliz año nuevo, todos lo necesitamos, ¡un buen año de verdad!”.
Vuelta a casa. Nos calentamos como podemos, un poco mejor que de costumbre, invitaremos a nuestro vecino Chrístos, recién separado, más solo que la una y más en el paro que nosotros, y, llegado el momento... en el descansillo de la puerta, a la hora de felicitarse unos a otros, compararemos por última vez nuestros pavos con el vecino Kóstas y toda su pequeña familia.
Diciembre en Atenas, 2016 |
Nos calentamos con lo que tenemos a mano. Atenas, diciembre 2016 |
La nieve llega hasta las playas de Creta. El 31 de diciembre de 2016 (prensa griega) |
En Internet, los medios de comunicación se divierten publicando las fotos de la nieve que ha caído incluso en las célebres playas de Creta, dando lugar a los obligados tópicos de las celebraciones de fin de año, los que provienen del ya lejano siglo XX. Desde la crisis, esta nostalgia es algo corriente en Grecia, la del euro contante y sonante. Se idealiza el pasado y el futuro ha dejado de ser una (sola) idea.
Casualidad, quizás. Entre dos libros de Seféris mi mirada se para en la contraportada del ensayo de Ronald Wright, ¿El fin del progreso?: : “Al igual que nuestro tan famoso progreso tecnológico - nuestra propia civilización - viene a ser como la hacha en manos del criminal patológico”, escribía Albert Einstein en 1917. ¿Hubiese cambiado de opinión hoy en día? Si el siglo XX ha sido el siglo del progreso tecnológico, ¿qué ocurrirá con el XI?
“En este corto y clarísimo texto, Ronald Wright embarca al lector en un viaje a través de los siglos y del desarrollo humano. Fundamentándose en la civilización sumeria, la romana, la maya y la de la Isla de Pascua, pone en exergo los fallos que trajeron su desaparición: desarrollo de una sociedad jerarquizada en la que una minoría sobre-consume, despreciando a la mayoría, pillaje intensivo de los recursos naturales que implican daños irreparables en el entorno físico... La conclusión es clara y, además, cada vez la misma: entrampados en la lógica del progreso, esas civilizaciones han construido literalmente su propia pérdida, fracasando en conseguir que cohabiten el imperativo moral y la innovación tecnológica. ¿Cómo no ver el paralelismo con nuestro actual mundo?”, (más la metantropía - más allá del ser humano).
Nostalgia. Internet Griego, noviembre 2016 |
Nuestra ciudad Atena. Diciembre 2016 |
En buen puerto. Peloponeso, diciembre 2016 |
Nuestra nochevieja tendrá lugar recuperando la risa, tan humana ella. Y cuando la risa y la sonrisa triunfen sobre todas las demás actitudes, entonces, quizás, la humanidad... llegue a buen puerto. A la espera de ello... estamos en 2017.
El vecino Chrístos ha traído música que ha acallado todas las tonterías que cuentan los politiqueros en estas fechas.
En cualquier caso, y en buena compañía, está claro que no hemos nacido de la última ventisca.
2017. Feliz año... nuevo
Traducido por: JM Alegria
Sobre todo, bien acompañados. Atenas, 31 diciembre 2016 |
* Foto de portada: Anogia, en Creta, bajo la nieve. Prensa griega, 31 diciembre 2016